Este proyecto, perfectible y en permanente cambio, apunta a convertirse en una herramienta de utilidad para estudiantes y docentes. El contenido está formado por textos propios e incluye videos, fotografías y artículos tomados de diversas fuentes y material aportado por otros docentes y alumnos (siempre se cita la fuente, a los efectos de que si alguna persona o institución siente violados sus derechos,tenga la oportunidad de solicitar la rectificación o el retiro de los mismos).
jueves, 25 de agosto de 2011
Fragmentos del discurso pronunciado por Luis B. Berres al cumplirse un año de su gobierno (29 de Julio de 1948)
Actividad: Responder, luego de leer el presente discurso, si Luis Battle Berres dirigió un gobierno populista o no. Cada uno puede plantear libremente su opinión, justificándola. Pueden utilizar el repartido sobre Peronismo, en la página que hace referencia a las características del Populismo.
" (...) si en todos los momentos del camino del deber no puede ser olvidado, actos de esta pureza democrática fortifican la obligación de cumplir con él, para luchar con más ardor por el engrandecimiento del República, proporcionando y fomentando leyes de justicia y buscando las mejores soluciones que intensifiquen el trabajo gestando riqueza: la que ha de ser equitativamente repartida, porque la riqueza producida por todos no es propiedad del capital sino que buena parte de ella es del trabajo y justo es que se reparta con equidad y llegue hasta todas las casas brindando bienestar a todos los que la han producido.
" (...) pocos días después de hacerme de cargo de la Presidencia de la República dije que no podíamos no ponernos al margen del gran movimiento revolucionario que vive el mundo para abominarlo y apedrearlo (...). Sé que ella ha podido provocar en un sector muy pequeño de la opinión pública –aunque con grandes fuerzas para hacerse oír- algún reclama y alguna alarma. Pero no hay razón para el reclamo, porque el Gobierno no se mueve para borrar injusticias provocando otras injusticias, sino que él actuará en el deseo de acercar a las fuerzas sociales y económicas que distantes entre ellas y en opinión podrían provocar lucha de violentas perturbaciones, y los hechos dicen que las masas populares oprimidas reaccionan fuertemente y la preocupación de los gobernantes debe estar en alejar con mano firme esa opresión para que no estalle esta temida lucha; no hay razón tampoco para la alarma siempre que no se pretenda continuar en el goce de injustos privilegios, porque el Gobierno no está embarcado en ninguna política de despojo, ni de atropello, porque no es ese tampoco el reclamo de nuestro pueblo (...); no hace otra cosa que seguir la trayectoria de nuestro país que alcanzó renombre por las prestigiosas leyes sociales dictadas antes y no es ni juiciosos ni prudente, vivir del ánimo de justicia que se tuvo en otra etapa de nuestra historia, sino lo que se reclama con derecho es continuar repitiendo nuestra legislación, lo que ha sido constante preocupación de todos: marchar y triunfar haciendo legislación amplia que atienda a los que sufren, aunque para ello tenga que quitar a los que tengan demasiado. La verdad es que no estamos viviendo momentos de pobreza y penuria de los ricos, que cada día pretenden ser más ricos, sino que podemos estar viviendo dificultades de los pobres y es a ellos que debemos atender, para que la paz sea una verdad afirmada sobre la justicia, que es lo único que acerca firmemente a los hombres y da solidez a las instituciones y prestigia a la democracia.
Nada provoca más crítica de todos que la economía dirigida, llamada con más justa razón economía ordenada. Protestan contra ellas los que todavía con evidente error reclama libertad total de comerciar y producir en un mundo de luchas violentas en el terreno de lo económico, y provoca protestas de las grandes masas que no se creen bien atendidas y exigen medidas más fuertes en el sentido de presionar esta economía ordenada. Para todos los gobernantes es este punto uno de las más difíciles en la gestión de gobernar, porque todos sabemos que en este mundo perturbado, la obligación constante está en vigilar la producción, precios y comercialización y hacer esta vigilancia con lealtad y con honradez; con lo que puede existir a veces y no se perdona nunca, es el error; y aquí están los mayores escollos, porque aunque la administración pretenda ser perfecta, tiene siempre la imperfección humana que es le dirige, la ordena y la orienta. Pero si es verdad que todavía el mundo vive un clima de guerra, si es también verdad que las masas convulsionadas se mueven en un clima de revolución social, es verdad también que la economía está profundamente perturbada y nadie puede pensar juiciosamente en leyes de libertad para ella, porque una economía es expresión de sociedades en auge de trabajo, de libertad, de paz y de tranquilidad espiritual, y por desgracia bien sabemos todos que el mundo está muy lejos de vivir estos sueños, que son de todos los pueblos. Por eso el camino es seguir vigilando en forma celosa y cuidadosa, para ordenar siempre en conveniencia y provecho de todos, sin excepción alguna.
Espero también que comprendan en el error que caen, en confundir la economía ordenada con el ánimo del gobierno en hacer estatismo. Son dos cosas totalmente distintas. Como no puede ser de otra manera, yo soy partidario de la acción industrial del Estado, y además, el magnífico triunfo de la gestión de nuestros institutos oficiales, me dan razón y me prestan las energías necesarias para seguir luchando en favor de la extensión del Estado Industrial.
En este momento las iniciativas presentadas a favor de la existencia de la intervención del Estado, están concretadas en la nacionalización del ferrocarril, del servicio de aguas corrientes, de la municipalización del transporte, y habrá que dar otros pasos más a favor del Banco Industrial del Estado, reclamo urgente de todos los que trabajan en beneficio de la comunidad y en provecho personal. Pero las medidas en favor de la economía ordenada, las que obligan a vigilar el precio de la papa, del arroz, de la harina, del trigo, no son precisamente extensión del Estado industrial, sino que es coordinación de economía ordenada, y el único que puede llevarla a cabo en provecho de todos y cuidando todos los intereses, es el Estado, que no busca ganancias para él, sino custodia y tutela todos los intereses. Actuar realizando una constante policía sobre los problemas económicos permanentes y diarios, es una exigencia molesta que no provoca ningún gusto, pero es un deber que hay que cumplir y por tal razón necesario es realizarlo. Luchar y extender el Estado industrial con nuevas y justas soluciones, que den solidez a la organización social, y fuerza a la economía del país, es también un deber, pero es también un inmenso gusto espiritual para los que creemos que por ese camino podemos alcanzar una sociedad más justa, con menos privilegios personales y con más beneficios generales. Ahora debo decir claramente que no he de tener ninguna debilidad en seguir tomando medidas a favor de la economía ordenada, y hago esta declaración, porque deseo que el pueblo conozca mi pensamiento, porque es justo y necesario que los gobernantes hablen claro y no dejen lugar a dudas sobre el camino por el que marchan; y mi deber está en atender la producción, en vigilar los precios, en provocar justa distribución, y estar junto a quienes reclaman con más razón y con más necesidad: las grandes masas, que son consumidoras y las que pueden sufrir.
Por primera vez, en la historia de nuestros estudios agrarios, el Presidente de la República se ha reunido en repetidas ocasiones con todos los agrónomos del país, para estudiar los problemas que tienen relación con la tierra, en función del auge y desarrollo de las industrias que provoca; del aumento de los precios de los arrendamientos, y, en general, todo lo que tiene referencia con el trabajo en el campo. Se ha discutido el problema de os precios, de los subsidios, de la propiedad de la tierra y los arrendamientos; de la necesidad de ir cuanto antes a repartir muy por debajo de sus cosos, fertilizantes que permitan levantar porcentajes de producción.
Hace pocos días (...) fui visitado por algunos obreros de militancia sindical para darme la noticia de la actuación que ellos desarrollaron en la Conferencia Internacional del Trabajo (...) al regresar nos estrecharon recíprocamente las manos amigas y me expresaron con acento emocional que el Uruguay está colocado a la vanguardia del mundo en materia de justicia social.
(...) el Gobierno en estos momentos está estudiando un proyecto de ley para atender a nuestra niñez desvalida y diseminada por todo el país para lo cual piensa invertir una suma superior a 30 millones de pesos. Hemos gastado en nuestra represa del Río Negro más de cien millones de pesos; las leyes de obras públicas posteriores al año 1944 suponen también una cantidad superior a los cien millones de pesos y natural es que para atender a esta niñez desvalida, que representan las fuerzas de nuestro porvenir y además pueden ser campo propicio para la ideas más exóticas y más contrarias a nuestra organización social, nos aprestemos a intervenir en su lucha y defensa todo lo que sea necesario para que el niño desvalido se transforme en un niño fuerte, sano y sea esperanza de un trabajador leal y de un ciudadano enérgico. Hasta ahora hemos considerado todos los problemas que tienen referencia a esta niñez desvalida con imprecisión y con debilidad y si hablamos de ochenta o cien millones para resolver el problema de la vivienda no podemos asustarnos de hablar también de cifras millonarias para atender este inmenso problema de nuestra organización que nos confunde en nuestro sentimiento humanitario y nos llama a cuentas en nuestra obligación de gobernantes (...).
(El texto resaltado en negrita responde a la interpretación del Administrador del blog).
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